martes, 31 de agosto de 2010

Sobre las presentaciones

Los clubes, y sobre todo los grandes, deberían coordinar mejor las presentaciones de sus nuevos jugadores. A algún iluminado se le tuvo que ocurrir un día abrir las puertas a todo el mundo que pasase cerca del estadio para ver cómo un futbolista le da cuatro toques a una pelota y posa para los medios de comunicación. Es totalmente inútil e inadecuado. Primero, porque la mayoría de los que acuden a estas presentaciones ni son socios ni simpatizantes del club. Son aficionados, si eso, que aprovechan las puertas abiertas para acceder por primera vez al estadio del equipo que ven cómodamente desde su casa, o desde algún bar.

Lo entiendo así por los comentarios que se escuchan durante estos actos, y por los altercados que a veces se producen. En el caso de la presentación de Ibrahimovic en el Camp Nou (aunque parezca mentira, ocurrió hace escasamente un año), hubo invasión del terreno de juego y muchos “aficionados” se dedicaron a arrancar trozos de césped para llevárselo de recuerdo. Un césped que no tenía ni dos semanas desde que lo replantaron. Ayer, durante la presentación de Javier Mascherano, el retraso del primer posado en las oficinas del club indujo que la impaciencia de la gente que allí esperaba provocara algún pequeño altercado con los guardias de seguridad. No llegó a mayores, por suerte.

Por estas cosas me pregunto, ¿por qué no presentar al nuevo jugador en día de partido? En el caso de los fichajes de verano, Barça, Madrid y muchos otros equipos pueden aprovechar los trofeos de verano que organizan para presentarlos ante su público, aquel que ha pagado la entrada para ver el estreno de su equipo. Y qué decir que todavía consideraría un acierto mayor que lo hicieran minutos antes del primer partido de Liga en casa, con la presencia de los socios, aquellos que se aprietan el cinturón para pagarse un abono anual. Así se evitarían destrozos que no vienen a cuento y le darían al jugador una presentación como merece: con el estadio lleno y en familia.

lunes, 23 de agosto de 2010

El Liverpool se deshace

La salida de Mascherano dejaría al Liverpool muy mermado y bajaría enteros para aspirar a la Premier League, objetivo principal de los reds

El FC Barcelona ha ofrecido una oferta al Liverpool por Javier Mascherano, y aunque todavía queda negociar el precio del traspaso, la marcha del centrocampista es una realidad. Mascherano quiere abandonar Inglaterra por motivos familiares y el tren del mejor equipo del momento es un billete demasiado atractivo como para dejarlo escapar. El Liverpool se quedará sin una pieza clave en mitad de una época que genera más dudas que esperanzas.

El argentino ejecuta un trabajo en la media imposible de reemplazar a día de hoy con otro jugador del plantel inglés. Lucas Leiva ha mejorado mucho en su posición desde que llegó a Anfield, pero todavía le faltan galones para echarse el equipo a la espalda como lo hace Masche. A Poulsen, recién incorporado a la disciplina red, le faltan minutos de adaptación, pero ni tan siquiera el mejor Poulsen del Sevilla estaba a la altura del argentino. Y en la Premier, que luce por esa intensidad en el juego y la velocidad de transición entre jugadas de defensa y ataque, si te falta un Mascherano te comen.

Con el club todavía en manos de nadie, estas decisiones todavía le perjudican más. Perder un emblema del equipo y una referencia en el once inicial es peor que haber vendido a Torres. Y puestos a discutir la solvencia económica de la entidad del Merseyside, la salida del delantero madrileño hubiera sanado más las arcas (Manchester City y Chelsea pujaron fuerte por él). Sin embargo, el jugador había confesado su interés por salir de Liverpool por asuntos familiares, y el Barça parece ser la mejor opción para él. Y nadie puede retener a un futbolista dispuesto a hacer las maletas.

Y mientras que Benítez levanta su primer título en Italia con el Inter, a su sucesor en el banquillo de Anfield, Roy Hodgson, le crecen los enanos. Se complicó la vida ante el Trabzonspor en la Europa League, y dejó que uno de los futbolistas con más talento, Aquilani (por el que se pagó hace un año 24 millones de euros) se marche cedido a la Juventus. Ahora deberá buscar una solución que se prevé imposible: reemplazar a Mascherano, el mejor jugador del momento en su posición.