viernes, 4 de septiembre de 2009

Taxistas por el mundo

Si se me permite, aparco mi talento poético para postear algo de prosa narrativa, aunque el tercer soneto está en el horno. Que por cierto, he recibido críticas y felicitaciones en persona y por otras vías por esta nueva fuente de inspiración. Pero cero patatero de comentarios en el blog. Muy mal, me acojonáis a mi musa y luego si no llama a mi puerta preguntaréis por qué. Que a una fruta hay que exprimirla para sacarle el zumo, leñe.

Tirón de orejas aparte, lo que os quería contar es que me sigue sorprendiendo la diferencia dialectal tan abismal que hay entre los taxistas de Barcelona y los de Madrid. He cogido alguno más de la cuenta este verano (Publico's cash) y he mantenido conversaciones bastante interesantes. Y el arquetipo de taxista no es el que imagináis, aunque haberlos los hay. Atléticos (que no colchoneros), preocupados por la política y el cambio climático, acérrimos a la novela de Steig Larsson y amantes del balonmano, que no del fútbol.

Ha sido un buen descubrimiento, aunque también puede que sea una estrategia de márketing para ahorrarse la vaselina para el momento de pagar la carrera. Me sorprendió la frescura de la conversación de uno de los últimos taxistas que me llevó, a las 6 de la mañana; al que vi realmente preocupado por la economía mundial y a la vez tuvo la destreza de analizarme la política económica del actual gobierno. Sublime, oye.

Nos leemos en breve.

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