Todos hemos escuchado de pequeños de la boca de nuestra madre o abuela (o ambas a la vez) eso de que no nos acerquemos a extraños que nos ofrezcan caramelos. Si la vida fuera justa le daría sensatez a los niños y una bolsa escrotal muy grande a los delincuentes, para que doliera más.
(Pinchad en la imagen para ampliar)
viernes, 29 de enero de 2010
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1 lectores no se muerden la lengua:
jejejej muy bueno ! XD
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