Lo reconozco, siempre me ha gustado complicarme la vida. Complicármela de la forma más sencilla posible, eso sí, si me permitís la incongruencia. Por eso decidí que dentro de mi carrera profesional yo tenía que seguir en mis trece y dedicarme al periodismo deportivo, esa rama en la que desde dentro existe tanto mamoneo y en la que desde fuera se nos ve como unos apestados. Pero qué coño, yo no me veía haciendo perfiles del nuevo ministro de Cultura o hablando sobre el conflicto del Sahara Occidental.
Pero aquí estoy, con un currículum copado de experiencia en este sector y chupando del bote del INEM, en contra de mi voluntad. Licenciado desde 2007, con un Master y viviendo en la ciudad donde teóricamente existen más salidas laborales del país. Es momento de una nueva elección.
¿Qué hacer ahora? ¿Esperar? ¿Volver? ¿Cambiar mi ubicación en el mapa? Sigo sin tener ninguna duda de que lo que escoja será la mejor vía para avanzar, pero hasta que sepa cuál es y dé el paso los días pueden convertirse en un auténtico calvario. De posibilidades, como decía, está la vida llena, aunque la vida no esté en este momento todo lo apetecible que podría estar.
Quisiera dedicar parte de mi variopinta reflexión (mil perdones) a un pequeño guiño a una persona que también se encuentra en esta situación. ¿Cuál es el mejor camino? A pesar de lo que haya dicho líneas atrás, el mejor camino es el único que te hace palpitar de verdad cuando te ves recorriéndolo. Ya puede ser largo, tenebroso, difícil... pero es donde vas a disfrutar sin echar la vista atrás.
1 lectores no se muerden la lengua:
Rá...
sé que la decisión que tomes será la correcta. Ya sabes que para mí que te marches lejos de la habita de al lado será duro, pero lo aceptaré (después de unas cuantas copas :P).
Eres el mejor y lo sabes!
Animo ;)
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