
Lo que sí ha pasado a la historia y recordaré toda mi vida ha sido este 11 de julio. Yo, amante del fútbol desde que empecé a tener conocimiento del mismo, viendo como la selección de mi país se proclamaba campeona del Mundo por primera vez en su historia.
Recordaré siempre a mis padres abrazándose tras el gol de Iniesta. A los amigos que estaban en mi casa levantándose de sus asientos. Me recordaré gritando como un descosido el gol que nos haría campeones, casi estrellándome contra la ventana del balcón, con los ojos medio acristalados de la emoción. Los abrazos posteriores, las felicitaciones, la alegría desbordada en las calles de Barcelona.
Recordaré la caminata que me pegué junto a mi jefe de la agencia desde el Paseo de Colón hasta la Plaza España. El rojo estaba en todas partes. Recordaré esa cerveza fría a mitad de camino, con la que repasamos varios momentos del partido. Balance de la historia. Somos campeones del Mundo, eso no nos lo quita nadie. Tengo ganas de ver a mi abuelo, que fue quien encendió en mí esta pasión por el fútbol y por el deporte en general, y pegarle un abrazo y decirle que me acordé en todo momento de él. Ya no está para muchos trotes, pero seguro que pegó un bote desde su sofá más grande que el mío. También lo recordaré, como si lo hubiera vivido.
2 lectores no se muerden la lengua:
Grande, muy grande.
Mamon, se me han empañado los ojos leyendote...
Un abrazo, sigue asi.
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