viernes, 27 de marzo de 2009

Malos tiempos para el periodismo

No voy a encender las alarmas. Al menos, no más de las que ya están encendidas. Quede por adelantado que sigo luchando día a día por mi sueño y mi objetivo desde que tenía 7 ó 8 años. El periodismo es mi vocación, mi profesión y mi hobbie. Pero también hay que reconocer que la cosas pintan mal. Si es cierto que para todo, pero éste caso lo vivo más de cerca y me afecta directamente.

No paro de encontrarme noticias sobre algunas ERE ya ejecutadas, otras en proceso de presentarse en medios de comunicación; y la cantidad de periodistas a los que afecta esta situación. Se recortan las plantillas, se reducen los salarios, se congelan las mejoras en las condiciones laborales y se atasca la entrada a la cola del INEM.

Y mientras tanto, las empresas exigen cada vez más. Además de ser licenciado (no me toquéis el tema del intrusismo, por favor), los masters y otros cursos adicionales ya no son suficientes. No importa tu experiencia, no importa tu profesionalidad; ahora solo importa que seas capaz de trabajar con ocho brazos y a un sueldo paupérrimo. Debes saber idiomas, debes controlar todas las facetas técnicas, debes acudir a las ruedas de prensa sabiendo locutar, captar imágenes, escribir la pieza, subirla a la red, y si es necesario presentarla. Parece divertido ese concepto de periodista multimedia, pero solo es un simple eufemismo para ocultar la realidad.

Lo peor es que si no acatas con este nuevo perfil, la puerta de salida se ensancha, a la vez que tu superior te recuerda los miles de periodistas que esperan la oportunidad de sentarse en tu lugar. Desgraciadamente, uno de ellos soy yo. Porque la profesión deriva cada vez más hacia esa dirección, a ser un maniquí del medio para el que trabajas, a ceder prácticamente 18 de las 24 horas del día a tu profesión.

La prueba de ello me lleva a ejemplificarme. No dedico menos horas de las citadas a mi profesión, y no por ello tengo contrato, tengo un salario que a duras penas me ayuda a pasar del mes, y la luz al final del túnel sigue muy tenue. Entre mi contínua formación y mi labor en blogs y agencia utilizo el 85% de mi tiempo, y ahora tengo en mente embarcarme en otro proyecto que utilizará otra parte del porcentaje, sin acarrearme mayores beneficios que sentirme productivo y más profesional.

Aunque sigue sin importarme lo que cueste, porque estoy seguro de que ésta será la espina dorsal de mi vida, porque la vocación llamó a mi puerta muy joven y no la quiero abandonar.

1 lectores no se muerden la lengua:

Kal dijo...

Pero esto está mal para todo el mundo...la gente que te conoce sabemos que haces las cosas muy bien, y que además disfrutas haciéndolas, que es más de lo que pueden decir muchos. Quiero creer que el tiempo pone a la gente en el sitio que merece, y si sigues trabajándotelo como hasta ahora, y como llevas haciendo siempre, seguro que en breve esto mejorará en mucho.

Sino siempre nos quedará triunfar haciendo el musical "barna high school musical".XD

Animos campeón!