lunes, 16 de marzo de 2009

Pongamos que hablo de Madrid


Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.
Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.
Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.
Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.
Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid.

PD: Al maestro nos lo encontramos en la zona de Tirso de Molina, en un estado de embriaguez considerable pero sin perder su arte. Aquí un servidor, antes de que el de Úbeda se subiera a su taxi, le comentó: "Joaquin, borracho o sobrio, nunca dejes de hacer lo que haces". A lo que el maestro contestó: "Si tú supieras que no sé ni como hago lo que hago". Enorme.

3 lectores no se muerden la lengua:

Kal dijo...

Haver cuando pones una foto realmente interesante y curiosa, como por ejemplo un encuentro con Drenthe XD

Anónimo dijo...

En la foto se ve claramente como si no le sujetases caería redondo al suelo. . . XD Vaya turca que lleva

Laura Almirante dijo...

Un buen poeta siempre está algo loco, Sabina es de esos genios que necesitan la embriaguez para dar rienda suelta a la lengua o al lápiz.
Que grande, GIVE ME FIVE RAÚL!